05 noviembre 2010

Al fondo, a la derecha.

 
Hace unas semanas se publicó el más reciente libro de Fernando Sánchez Dragó, uno de los escritores y periodistas españoles más controversiales y divertidos que ha dado la madre patria. Desde luego, con muchos enemigos que hoy están lamiéndose los bigotes.


El libro: "Dios los cría… y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción…" publicado por Planeta recopila las conversaciones del escritor Fernando Sánchez Dragó y el dramaturgo Albert Boadella. El diálogo llega a su punto culminante, en cuanto a polémica se refiere, en la página 164, cuando Dragó no duda en reconocer que, en 1967, se topó en Tokio "con dos lolitas".

¿Ustedes qué dirían al leer un fragmento como este?

«En Tokio, un día, me topé con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda (...) Tendrían unos trece años (...). Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba»

Creo que hasta el momento no se ha caído ningún edificio y ninguno de nuestros radioescuchas ha llamado para comunicarnos algún infarto. Menos mal que no estamos en España, porque al parecer allá en verdad que ha provocado escozor, rabia y ganas de que Fernando Sánchez Dragó sea quemado en leña verde. ¡Viva el regreso de la inquisión!

Pero lo peor de todo es que los inquisidores no son los del Partido Popular como el sentido común nos lo indicaría, sino el “liberal” y “vanguardista” PSOE: “Los papeles están cambiados. La izquierda se encierra en el convento y en sus complejos. Empezó liando porros y acaba cerrando el estanco. Y la derecha abandona la sacristía y se las da de destroyer libertaria. Lástima que por ver quién la tiene más grande le ocurre a veces como al broncas del pueblo, que de tanto hacer trompos un día atropella a un vecino. O sea, delinque.”

En verdad que los papeles están cambiados. Si ustedes pensaban que ya habíamos pasado los tiempos en que un libro puede ser juzgado bajo una “moral”, pues parece que hemos vivido equivocados. Mucho cuidado a todos los que andan escribiendo sus anécdotas sexosas, y ni se les ocurra describir a chicas de trece años:

“¿Por qué les asigné esa edad? Por nada importante. Era una forma de hablar y un pellizco de pimienta en mi relato. Lo mismo podía haber dicho doce, o quince, o dieciocho. Menos mal, en todo caso, que no dije doce, sino trece, porque ésa es la edad de consentimiento sexual tanto en Japón como en España.”

¿Deberían retirar de las librerías Lolita, de Nabokov? Aunque sea una novela, probablemente su autor se inspiró en hechos reales... (Algún periodista preguntó)

Si se retirara de las librerías esa obra maestra de Nabokov a la que te refieres o simplemente el libro 'Dios los cría...' tendrían que retirar el 80% de los libros que se han escrito, desde los trágicos griegos, hasta Salinger, Hemingway o Gil de Biedma, pasando por Shakespeare, Goethe, Baudelaire, Rimbaud, Oscar Wilde, Verlain, André Gide, Voltaire, Rosseau, etc, etc. Todos ellos o en sus vidas o en sus obras y a veces en los dos ámbitos infringieron la moral dominante de sus respectivas épocas.

¡NO VAYA A SER QUE SE INCIE LA GUERRA CONTRA LOS LIBROS!

Dentro de su carta de disculpa, Dragó nos comenta:

Una vez dicho todo esto, y para zanjar el estúpido debate abierto por la maledicencia, la hipocresía, el sectarismo y el sensacionalismo en torno a una nimiedad, añado, de corazón, que, si a alguien que no sea un chacal, sino una persona decente, ha ofendido mi comentario, le brindo mis disculpas -los escritores, eso es cierto, tenemos la lengua muy larga- y le pido perdón.


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