18 mayo 2009

Otro Texto recuperado a propósito de la visita a Puebla de Arturo Meza


Dentro de las filas de cualquier movimiento artístico nos vamos a encontrar con los clásicos tipos “pose”, los exquisitos, irreverentes y los que cruzan el espacio por mandato divino: este es el caso de Arturo Meza.

Arturo envuelve todo un misterio dentro del rock nacional, se escapa de la aspiración de firmas con sellos internacionales, de grabaciones costosas e imagen publicitaria. ¿Qué es lo que hace tan especial a Arturo? La respuesta es muy clara, Arturo no es el clásico rupestre que invade sus canciones con anécdotas callejeras, ni sus acordes se reducen a los convencionales; las banquetas que camina son constelaciones míticas en donde transita la historia oculta de un país que vive en la eterna broma: generaciones echadas al olvido, razas marginadas, puentes que conectan a la cosmopolita ciudad de México con el olvidado pueblo indígena. Su sensibilidad cubre los fondos de todo el territorio nacional.

Siguiendo la tradición de los trovadores errantes, Arturo es el que camina en el Chopo con decenas de jóvenes a su alrededor( a la manera Platónica), el que deja colgado a los dueños de bares y salas de conciertos, el que te puede regalar más de tres horas de concierto sin que le importe en lo más mínimo qué es lo que pase con su garganta al día siguiente. Arturo es el rompedor de esquemas. Aquí mismo en nuestra ciudad, los empresarios han tenido que suspender varias veces sus tocadas, y todos se preguntan:-Dónde está Arturo-.

El gris de las ciudades, los lomos de los puentes, los pies descalzos se entregan en kct´s piratas y en presentaciones marginales, sin embargo no existe rocanrolero alguno( al menos que no le sea) que no haya escuchado alguna balada del rupestre cósmico.

Su producción artística es producto de la honestidad con la que, Arturo, emprende la vida; los años de andar rodando por todo el país, la excesiva producción( dos grabaciones por año), la no menos importante producción literaria hacen que Meza se convierta en un caso muy especial dentro del rock nacional.

Dentro de la producción de Arturo podemos observar giros bruscos en cuestión temática, un disco nos puede sorprender por su manejo de la atmósfera urbana, uno de los ejemplo más palpable es: Sin Titulo que nos describe toda una generación perdida entre el chantaje histórico y la soledad que sentimos todos sus contemporáneos, 70 centavos es de los discos más clásicos, en él podemos sentir la etapa de transición entre la urbanidad y el asunto indígena. Las últimas grabaciones de Arturo han estado matizadas de cuestiones mágicas como es el caso de El monte de los equinoccios, disco dedicado a Jorge Luis Borges y a William Blake, en este disco nos encontramos con aquel objeto posmoderno que nos permite observar cualquier ángulo de cualquier parte del universo: El aleph. Sin embargo el disco más impresionante que he podido escuchar ha sido: Descalzos al paraíso en donde convive toda la pluralidad lingüística de México, Al Arturo lo mismo le da cantar canciones en mazateco, zapoteco, tzozil, náhuatl, mixteco etc..Y por si eso fuera poco en el disco se incluye un discurso del Subcomandante Marcos con música de nuestro rupestre cósmico, mismo discurso que años más tarde Javier Calamaro musicalizarìa e incluiría en el colectivo “Juntos por Chiapas”.

(Texto publicado en el Diario Cambio hace aproximadamente 10 años)

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