Nunca me ha gustado el desfile del 5 de mayo, pero entiendo que para muchos es una fecha importante. Algunos lo esperan porque representa un día de fiesta; sobre todo los estudiantes que se prepararon arduamente de la mano de los profesores que los coordinaron con "pasión desbordada". Para checar la intensidad del concepto entreviste a cualquier alumno del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec. El 5 de mayo en Puebla es la fiestal de los pasos marciales, aunque algunas muchachas (sobre todo las de panderos) que nos hacen pensar que estamos en algún carnaval: ohhhhh, nostalgia por el mar. Sí, fiesta de soldados, charros, y todo aquel que quiera sentirse belicoso por un día. Es más, recuerdo que hace algunos años hasta los cletos estaban presentes. Sin duda es una fiesta del pueblo.
A nivel internacional, el 5 de mayo, por lo menos en Estados Unidos es más importante que el mismo quince de septiembre. Sí, hasta Obama recordó a Thalía cuando lo puso medio cachaondo.
Pero la verdad es que el evento ha venido a menos. El año pasado se suspendió por la contingencia. Y al parecer este se cortó por la súbita salida del presidente de la república. ¿Qué fue lo que pasó? Hasta el momento no se sabe, pero resultó ser todo un desaire para todos los que participaron en el desfile.
Pero había que comprender a nuestro pobre presidente. Sus problemas lo traen frito. No puede pensar en otra cosa más que en su relación enajenada con el ejército y la torpe guerra contra el narco. Quizá otro de sus sueños frustrados fue el de ser miliciano, aunque le quede un poco grande la ropa. Yo no lo digo, ustedes se acordarán de esa foto tan difundida en los diarios de todo el país.
El desaire del presidente a cerca de 28,000 estudiantes no creo que se una buena acción y menos cuando nos ponemos a hacer cuentas. Imagínense ¡60 millones de pesos! fue el gasto aproximado para la fiesta. Mala nota, sin duda.
Pero lo peor de todo no es que el presidente hubiera preferido estar con los militares que con la sociedad civil, no, la gran torpeza fue suspender el desfile con su partida. Es decir, sin mí esta historia no puede continuar.
Y eso sí es ofensa. ¿Cómo se pueden explicar un desfile sin los Charros o sin los estudiantes del CENCH? Seguramente en su ignorancia que es amplia y reconocida de seguro pensó: ¡Faltan unas pinches escuelitas, que se aguanten para el otro año!
Ni modo, mi más sentido pesame a los del CENCH, que de ser los protagonistas cada año, ahora se quedaron chiflando en la loma. Y por los Charros, la verdad me pongo de pie, dicen que fueron los únicos que se pusieron al tú por tú con el ejército cuando les impidieron continuar con el ejército: ¡Patria, Mujer y Caballo! Sí señorrrrr.
Epílogo:
Óscar Ramos, padre de otro alumno del CENCH, señaló que el esfuerzo hecho por los estudiantes se fue a la basura sólo por un capricho de un gobernante y criticó abiertamente que no se podía esperar más de Felipe Calderón cuando tiene de cabeza al país.
Ni hablar, y para acabarla de amolar, este año tampoco hubo feria.
1 comentario:
Ya no hagas corajes, que te vas a morir pronto. Claro que hubo feria, pusieron unos puestecitos en el centro de convenciones; seguramente mi amado, adorado, idolatrado y bendito Arq. Javier Sordo Madaleno Bringas estará llorando de ver en lo que han convertido su construcción. El recinto ferial nuevo es un grán bunker, ¿pá qué tanta cosa? un armatoste revestido con algo que quizás imita a Toyo Ito... que desgracia... T_T
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