03 mayo 2010

Escritor, anarquista y dandy: Roberto Martínez Garcilazo

El próximo viernes 7 de mayo el Cabildo de la Ciudad de Puebla entregará a René Avilés Fabila, en justicia a sus méritos y en homenaje a sus 50 años de escritor y 70 de vida, la copia de la Real Cédula de 1538 mediante la cual el rey Carlos V le concedió a Puebla la condición de Ciudad y su respectivo escudo de armas.
La relación de René Avilés Fabila con Puebla es de suyo muy larga –seis décadas por lo menos- y ha tenido dos vías francas de realización: La primera; la docencia ya que de manera regular viene a la ciudad como profesor ha impartir cursos, talleres y conferencias. Y la segunda; por medio del trato  personal con poblanos eminentes en el ámbito cultural nacional como Vicente Lombardo Toledano, Gastón García Cantú, Germán List Arzubide, Elena Garro, Ernesto de la Torre Villar y Salvador Cruz Montalvo.
Rene Avilés Fabila, es necesario decirlo, es un protagonista de la literatura mexicana que hasta el día de hoy ha publicado 35 libros. Su obra comprende novelas, cuentos, ensayos y autobiografías. La poesía no crece en su jardín. O, mejor dicho, los versos: No existe publicación alguna de poesía de RAF. Sus obras completas llevan el selo de Nueva Imagen y actualmente suman 14 volúmenes.
René Avilés Fabila también es periodista: publica en Excélsior y en Crónica, y es director de la revista El Búho. Además, ha dedicado gran parte de su vida a la docencia: hace apenas unos días la UAM-X lo ha designado Profesor Distinguido.  
En su primera juventud RAF fue militante del Partido Comunista Mexicano. Y como era previsible, fue expulsado junto a José Revueltas y Eduardo Lizalde.
René siempre ha sido un crítico del poder –del político y del literario o cultural-. Prueba de ello es su biografía personal, no es millonario como varios compañeros de su generación, y su extraordinaria trilogía novelística  formada por Los Juegos (1967), El Gran Solitario en Palacio (1971) y  Nueva Utopía y Los Guerrilleros (1973).
Pero también, René siempre ha sido  un hedonista. Es un escritor en el que confluyen las corrientes caudales de la razón política, la ficción creadora y el placer estético y sibarita. El buen humor es su característica distintiva: la irreverencia y la ironía de René son tan proverbiales como su buen gusto para elegir y anudar sus corbatas.  Y nada hay más alejado de su talante que la negra melancolía de los cursis, la roja cólera de los fundamentalistas y la solemnidad de los sacerdotes –sean sus iglesias teístas o ateas- .
RAF es un hereje. O mejor, es un goliardo contemporáneo –como ya en 1998 lo escribió José Agustín: “…bebíamos como monjes de Carl Orff”.
Este año, el 15 de noviembre, René cumplirá 70 años de vida y 50 de escritor. La UNAM y la UAM le han organizado sendos homenajes. Aquí en Puebla, el próximo viernes 7 de mayo el Cabildo de la Ciudad hará lo propio y el 21 de este mismo mes la Secretaría de Cultura reconocerá su trayectoria organizando y patrocinando  una conferencia magistral de RAF titulada “Historia personal de la literatura mexicana del siglo XX y XXI”  
Larga vida tenga este hombre que, hace años, en un lance de valentía y sabiduría, decidió no tomar el poder, y, en cambio, dedicar su vida a leer, a escribir, a enseñar y a tomar whisky acompañado de sus amigos.  

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