Me imagino al ex presidente de la república soñando con un personaje muy parecido a él, sorteando las más valientes batallas en contra de los enemigos de la democracia. De pronto siente cómo un golpe certero de parte de uno de los jinetes del apocalipsis le golpea la cabeza. Despierta y tristemente se da cuenta que no se trataba de una batalla sino de un amanecer con Martita quien le da un tremendo sopapo con el Diario Reforma. Martita le ordena que lea el artículo de un tal Carlos Fuentes.
-¿Y quién es ese? –preguntó Vicente
-Si serás burro –le contestó Martita, es el escritor al que le dieron el nobel junto con Borgues.
Vicente abrió el periódico y gracias a sus cursos de lectura selectiva se enteró en media hora de lo que Carlos Fuentes le estaba diciendo: Hay quienes consideran que Ernesto Zedillo fue un Maquiavelo pérfido al darle el paso al primer gobierno del PAN. A la luz del poder, el partido de la derecha pasó de la beatitud de la oposición a la responsabilidad de la gobernanza. Confirmó con Fox que la ineptitud y la bribonería no eran de la propiedad exclusiva del PRI. Y con Calderón, que la restauración de la moral oficial no siempre coincide con la restauración de la eficiencia oficial. Quizás, con un gabinete mediocre, el presidente puede verse (y hasta sentirse) más fuerte. La fórmula no es válida. Dos de los más fuertes jefes de estado, Lázaro Cárdenas y Miguel Alemán, se rodearon de colaboradores de gran capacidad y personalidad. Cárdenas hizo la transformación revolucionaria mientras su Secretario de Hacienda, Eduardo Suárez, mantenía la racionalidad financiera. Miguel Alemán contó con gabinetes que incluían a Jaime Torres Bodet y Manuel Tello, Ramón Beteta, Antonio Ruiz Galindo y Alfonso Caso. Y -acaso- el mejor gabinete de los tiempos modernos fue el de un hombre muy discreto, Manuel Ávila Camacho, quien aparte de una debilidad fraternal, contó con Miguel Alemán, Ezequiel Padilla, Javier Rojo Gómez, Marte R. Gómez, Francisco Castillo Nájera, Francisco L. Urquizo, Jaime Torres Bodet y no sigo...
De inmediato don Vicente desempolvó su lap-top que tenía en las caballerizas y empezó a escribir:
(21-Jul-2009).- Muy estimado Carlos, He leído tu artículo del 20 de julio del 2009, en el periódico Reforma y tengo los siguientes comentarios: Siempre has presumido de honestidad intelectual. Te pido que sustentes con cifras, con información, con datos duros, lo que afirmas como "INEPTITUD Y BRIBONERIA" (sic), en mi administración. Mi solicitud es que digas donde (sic) esta (sic) la "BRIBONERÍA" con hechos, no con información de medios, ni supuestos. Dos comisiones del congreso fracasaron rotundamente tratando de demostrar lo que nunca existió. Se ganaron todos los procesos legales donde hubo acusaciones infundadas a Fox o a su familia. Para que te enteres, yo si (sic) puedo darte datos de fuentes acreditadas que te estoy anexando, en los indicadores duros de desarrollo económico, desarrollo humano, desarrollo social y reducción de pobreza. Datos que comparan muy favorablemente con todo gobierno priista con los cuales trabajaste, a los cuales serviste y veo que sigues halagando. Me veo obligado a hacerlo público porque público es tu artículo. He leído buena parte de tu obra que me parece extraordinaria, por lo mismo me extraña un comentario tuyo tan a la ligera. No comprendo el por qué (sic) hasta ahora haces esas declaraciones.
Atentamente, Vicente Fox Quesada
Carlos fuentes recibió la noticia en su Black Berry, mientras iba en un avión rumbo a París, creo que a ver una película, en compañía de su esposa y unos cuantos intelectuales del momento. Cuando leyó la nota sonrió y de inmediato se los mostró a sus amigos. Fue hacia la página de la Real Academia de la lengua, cortó y pegó algunas definiciones para ayudar a Vicente a mejorar su lectura:
Sr. Don Vicente Fox Quesada
Muy estimado Presidente:
Bribón. El Diccionario de la Real Academia Española lo define como "Haragán, dado a la Briba". Y ésta, "La Briba", es "holgazanería picaresca". "Pícaro y bellaco", añade el Diccionario. Yo uso la palabra "Bribón" sólo en su primera acepción: Haragán. No insulto: Defino.
Ineptitud: El Diccionario de la Real Academia lo define como "Inhabilidad, falta de aptitud o de capacidad". No insulto: Opino.
Perspectiva: El Diccionario requiere "lejanía" para tenerla. No preveo: Constato.
Estadística: "Forma superior de la mentira" (Ambrose Bierce). No ignoro: Sospecho.
Atentamente
Carlos Fuentes
1 comentario:
Igualito al Chente. Vicente Cartas. Ricardo Fox. Un golpe le golpea, jajaja.
Publicar un comentario