El medio es el mensaje, sin duda. Ustedes no están para saberlo; ni yo para contarlo, pero tenemos (Mayra y yo) unos días sin auto. El de ella se fue al taller de pintura por culpa de un microbusero y el mío anda malito de su clutch (¿así se escribe?) Así que hemos llevado a la práctica el viejo ejercicio platónico: la caminata. Y este sábado fue su máximo expresión. Caminamos toda la 31 pte. y sin darnos cuenta no dejamos de hablar, de señalar edificios que nunca habíamos visto en todos los años que llevamos viviendo en esta ciudad. Sin duda, creamos una atmósfera distinta. Todo estaba perfecto. Con decirles que hasta teníamos un pase doble para ver cualquier peli. La única que estaba a la mano fue Hagamos una porno. ¿Quién puede resistirse a ese nombre? Compramos palomitas y coca dietética (por cierto, que ya no me sabe tan fea). Esperamos unos minutos en lo que hacían la limpieza de la sala, fueron unos cinco minutos. Fuimos los primeros, vimos los comerciales; la función se vio amenazada por un trío de gorditas que se andaban picando las lonjas, pero en cuanto apareció la entrada de la peli el silencio llegó como santo rey.
Todo iba muy bien hasta que vi en los créditos el legendario nombre de Traci Lords WOW WOW WOW, no podía creerlo, después de casi veinte años la volvería a ver, mi súper estrella porno que me acompañó en toda ni niñez, de verdad, la tuve todo ese tiempo en tamaño natural en mi recámara. La historia es increíble. Resulta que en una gira que hice con la prometida de mi primo Beto por plaza Las ánimas (muy aburrido), tuve la suerte de encontrarme unos billetes que me sirvieron para ir inmediatamente a una tienda extinta de nombre Lolly Pop en plaza dorada para comprar la a mi Traci. La tuve años, es más, estoy seguro, que por ahí debe de andar.
Puse mucha atención en cada una de las mujeres que salían en la película hasta ver a Bubbles WOW: Mi querida Tracy vencida por los años.
Salí con una sonrisa. La película es increíble. Desde ahora en adelante Kevin Smith estará en mi nicho de directores. Y bueno, al final recorrimos la plaza en soledad, aún había movimiento en las calles que desde luego volvimos a caminar hasta llegar a la cama. Buen sábado.
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