El movimiento trata de mostrar que la literatura no tiene porque sacralizarse ni ser una literatura de aula ni púlpito, debe de ser una literatura llena de emotividad, debe de ser festiva y lúdica, repleta de vitalidad con la que los universos se construyen. Aunque no por ser una literatura fresca debe de carecer de sustento teórico.
El Ultracostumbrismo tendrá contacto con la literatura urbana, se construirá sobre la vida de los personajes pícaros, para dar a la literatura mexicana un nuevo personaje: el ultracostumbrista, ya que, después de Pedro Páramo, no existe un Personaje en la literatura con tal arrastre entre los escritores y los lectores. Es ahí donde se encuentra el trabajo del escritor ultracostumbrista: reinventar el cosmos literario. Los personajes pícaros al igual que los ultracostumbristas se mueven y caen muchas veces en la cuenta de que no tienen más desgracia que la de vivir y continuar escribiendo.
El Ultracostumbrismo también tocará el margen de la literatura bucólica conociendo la raíz de la sociedad para poder disparar a sus escritores como personas universales para que, como todos los poetas que cambian de vida en segundos, replanteen el lenguaje. Personajes espaciales sin límites en el desarrollo de las obras, vinculados a la cultura (que “es única y es Ultra”) siempre riéndose de sí mismos y bailando con la muerte echando miradas a las almas de talco, siendo esta la única forma de plantear los temas universales de los que el Ultracostumbrismo no está excluido.
El Ultracostumbrismo eyacula imágenes de colores y desenreda los matices de la vida para enmascararlos de forma distinta cada vez que se sienta a contar una nueva historia, porque no hay mejor muerte que la de morir escribiendo cayendo en un giro de trescientos sesenta y un grados sobre átomos y con la gravedad del núcleo en cero.
La cotidianeidad y el Ultracostumbrismo van de la mano, ya que el Ultracostumbrismo es la manera de tomar fotografías no reveladas a la realidad y es también el medio de manipularla valiéndose de la tecnología y nunca peleado con la aristocracia que da lo popular. El Ultracostumbrismo trata de romper y destruye formas y complejos, además propone una literatura como aldea global donde todas las culturas se unifican y confluyen.
Yo soy Ultracostumbrista porque alguna vez escuché a un narrador decir que el escritor es como un pequeño Dios creando mundos, poniéndose la risa en la boca y los lentes por todo el cuerpo, un pequeño Dios vengativo, malvado y cabrón que no copia, roba.
Yo soy Ultracostumbrista porque alguna vez antes que yo escribió un texto diciendo “Yo soy Ultracostumbrista”.
Yo soy Ultracostumbrista porque no tolero la idea de no contar las vidas que me han ocurrido y porque he dado saltos de vista en vista y de oído en oído buscando la oportunidad de renovar la literatura valiéndome del diseño, de las obras plásticas, del cine y la televisión.
Yo soy Ultracostumbrista porque soy el heredero de la minificción.
Yo soy Ultracostumbrista porque soy Dios y el diablo.
Yo soy Ultracostumbrista porque como todo poeta me muevo para supernovarme en los textos escaneados de la vida que recorro todos los días con la mirada.
Yo soy Ultracostumbrista porque me detengo a comprar discos compactos piratas de diez pesos y no tolero los que están mal grabados.
Yo soy Ultracostumbrista porque he comenzado a escribir saltando como el juego del burro 17 dándome vidas que no he tenido.
Yo soy Ultracostumbrista porque la misoginia dentro de mí está negada a morirse.
Yo soy Ultracostumbrista porque no soy el único que vive así y goza creando de esta forma.
El Ultracostumbrismo tendrá contacto con la literatura urbana, se construirá sobre la vida de los personajes pícaros, para dar a la literatura mexicana un nuevo personaje: el ultracostumbrista, ya que, después de Pedro Páramo, no existe un Personaje en la literatura con tal arrastre entre los escritores y los lectores. Es ahí donde se encuentra el trabajo del escritor ultracostumbrista: reinventar el cosmos literario. Los personajes pícaros al igual que los ultracostumbristas se mueven y caen muchas veces en la cuenta de que no tienen más desgracia que la de vivir y continuar escribiendo.
El Ultracostumbrismo también tocará el margen de la literatura bucólica conociendo la raíz de la sociedad para poder disparar a sus escritores como personas universales para que, como todos los poetas que cambian de vida en segundos, replanteen el lenguaje. Personajes espaciales sin límites en el desarrollo de las obras, vinculados a la cultura (que “es única y es Ultra”) siempre riéndose de sí mismos y bailando con la muerte echando miradas a las almas de talco, siendo esta la única forma de plantear los temas universales de los que el Ultracostumbrismo no está excluido.
El Ultracostumbrismo eyacula imágenes de colores y desenreda los matices de la vida para enmascararlos de forma distinta cada vez que se sienta a contar una nueva historia, porque no hay mejor muerte que la de morir escribiendo cayendo en un giro de trescientos sesenta y un grados sobre átomos y con la gravedad del núcleo en cero.
La cotidianeidad y el Ultracostumbrismo van de la mano, ya que el Ultracostumbrismo es la manera de tomar fotografías no reveladas a la realidad y es también el medio de manipularla valiéndose de la tecnología y nunca peleado con la aristocracia que da lo popular. El Ultracostumbrismo trata de romper y destruye formas y complejos, además propone una literatura como aldea global donde todas las culturas se unifican y confluyen.
Yo soy Ultracostumbrista porque alguna vez escuché a un narrador decir que el escritor es como un pequeño Dios creando mundos, poniéndose la risa en la boca y los lentes por todo el cuerpo, un pequeño Dios vengativo, malvado y cabrón que no copia, roba.
Yo soy Ultracostumbrista porque alguna vez antes que yo escribió un texto diciendo “Yo soy Ultracostumbrista”.
Yo soy Ultracostumbrista porque no tolero la idea de no contar las vidas que me han ocurrido y porque he dado saltos de vista en vista y de oído en oído buscando la oportunidad de renovar la literatura valiéndome del diseño, de las obras plásticas, del cine y la televisión.
Yo soy Ultracostumbrista porque soy el heredero de la minificción.
Yo soy Ultracostumbrista porque soy Dios y el diablo.
Yo soy Ultracostumbrista porque como todo poeta me muevo para supernovarme en los textos escaneados de la vida que recorro todos los días con la mirada.
Yo soy Ultracostumbrista porque me detengo a comprar discos compactos piratas de diez pesos y no tolero los que están mal grabados.
Yo soy Ultracostumbrista porque he comenzado a escribir saltando como el juego del burro 17 dándome vidas que no he tenido.
Yo soy Ultracostumbrista porque la misoginia dentro de mí está negada a morirse.
Yo soy Ultracostumbrista porque no soy el único que vive así y goza creando de esta forma.
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