17 octubre 2008

Abur David


A propósito del reciente suicidio este 12 de septiembre, por medio de la horca de uno de mis escritores favoritos: David Foster Wallace, autor de la Broma Infinita y La niña del pelo raro, texto de donde saqué el título de mi libro Tus zapatillas suenen a sexo, aprovecho para darles a ustedes algunos datos y reflexiones sobre esta práctica, que en el caso de los escritores, ya no espanta.
Dice Rodrigo Fresán que a nadie le sorprendió que David se colgara, todos los que lo conocían sabían de cierta forma que el final ya se estaba acercando.
El suicidio es el acto más íntimo, ejercicio completo de libertad, sin embargo no deja de lastimar a los media, a las buenas conciencias

Jonh Kennedy Toole: se suicidó el 26 de marzo de 1969, después de desaparecer de Nueva Orleans, poniendo un extremo de una manguera de jardín en el tubo de escape de su coche y el otro en la ventanilla del conductor. La nota de suicidio que dejó fue destruida por su madre, que hizo declaraciones confusas sobre sus contenidos generales.
Existen muchas formas para suicidarse, sin duda, pero jamás lo hagan borrachos: El poeta Juan Manuel Roca desaconseja que nos matemos borrachos: “Es el problema del alcohol —dice—; alguien puede suicidarse y al día siguiente no acordarse de nada”.


(Lotería)

Emilio Salgari: cuchillo con el que se abrió el vientre.

Ernest Hemingway: Escopeta

Jack London: Sobredosis de morfina

José Asunción Silva: Escopeta

Leopoldo Lugones: cianuro mezclado con whisky

Yukio Mishima: seppuku, siempre hay que respetar las tradiciones.

Horacio Quiroga:Cianuro

Vladimir Maiakovski: pequeño revólver español


Cesare Pavese: sobredosis de barbitúricos luego de una decepción amorosa.


Alfonsina Storni: el mar en la playa La Perla, en el cual se sumergió agobiada por la soledad y tras detectársele un cáncer mamario.


Virginia Wolf: se llenó los bolsillos del abrigo con piedras Paul Celan: se arrojó al Río Sena en París.


Sylvia Plath: hornos, los cuales abrió

Anne Sexton: se encerró en su garaje, encendió el motor de su automóvil y murió por envenenamiento con monóxido de carbono

¡LOTERÍA!

En fin, la creatividad también se ve en la forma de morir.

Pavese: “Los suicidas son homicidas tímidos. Masoquismo en vez de sadismo”

Maupassant: “El suicidio es el sublime valor de los vencidos”.

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