Desde hace unos meses, quizá ya tenga el año, me dio por evitar (en lo posible) dejar de usar el auto y los camiones. Descubrí que es una fuente de estrés cabrona. ¡Es rael! Ustedes pueden hacer el experimento. Caminen una avenida y observen las caras de los automovilistas ¡todos están que se los lleva la chingada! Metiéndose por aquí, por allá, mentando madres a diestra y siniestra. -¡Todos nos volvemos loco al subirnos al auto!- Y bueno, para qué hablamos de los camiones: ¡hay que padecerlos!
Todo iba bien hasta que en mi caminata me encontré a uno de esos amigos que ni son tus amigos pero que ellos creen que sí. Me lo encontré en un estacionamiento de un Vips, montado en su NB. Nos saludamos, su novia me saludó muy cortez y igual. Mi no amigo se sacó de onda al verme pasar como turista en plena hora de trabajo (no tanto, quizá eran las 8: 45 am). Unos metros más me lo volvi a encontrar. Ellos en pleno boulevard y yo en la acera de manera paralela.
-¡Vámonos! -me dijo, mientras la novia me lanzaba una mirada (¿vamos a llevar a este pinche jodido?)
-No, garcias, quiero caminar
Imaginen la escena. Mi noamigo estaba provocando que todos los locos automovilistas comenzaran a joder con sus claxons. La novia se puso roja, tenía ganas de olvidar su buena educación y contestarle a todos cual Carmen Salinas.
Repetí:
-Gracias bróder, pero me gusta caminar.
Hubieran visto la cara del muchacho. No pudo entender que alguien prefiriera caminar que subirse a su NB. Ni hablar. Gracias por sus buenas intenciones.
1 comentario:
Hey, que si es genial caminar, aparte del estres que se evita al casi casi ir a la tienda en auto, tambien sirve de pretexto para llegar tarde a un lugar y disfrutar del "paisaje" mientras se camina o incluso quedarse varado un buen rato en algun divague, sobres teacher, algun dia nos veremos...
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