04 junio 2010

Reseña de mi libro: Tus zapatillas suenan a sexo




De los autores jóvenes de mi generación —aunque muchos dicen que no tenemos generación—, Ricardo Cartas es el escritor más criticado en Puebla. Se debe a que fundó un movimiento literario llamado el Ultracostumbrismo, y que junto con otros dos escritores han asaltado el ambiente literario en la ciudad. Pero no sólo es eso, también se debe a que ha escrito tres libros que no encajan en los cánones temáticos de la literatura mexicana actual, es decir, estos tres libros se saltan las trancas y sacan muchas ronchas en el mundo literario de nuestro estado; me refiero a La noche de Karmatrón, Los Suplicantes y Tus Zapatillas suenan a sexo.
Y es precisamente este último el que se reedita en este 2010. Un libro irónico, cargado de furia en sus temáticas, nos demuestra que Cartas tiene al cuento como su oficio de origen y que quizá deba regresar a él, después de arriesgarse a caminar, sin caerse, sobre la cornisa de la novela.
En el libro de Cartas nos encontramos con algunos textos que parecen haber sido escritos en su etapa de estudiante pero que muestran madurez como narrador, lo que nos hacen pensar que fueron escritos posteriormente, el cuento “¿Cuántas ves en el cielo?” es muestra de ello. “La vida es una jodida broma”, “El origen de la soledad” y “Equinoccio” son devastadores, en ellos se muestra a un Cartas escribiendo con rabia y a veces con odio, como si quisiera regresar el tiempo y detenerlo minutos antes de que ocurran las desgracias, y aunque sabemos que eso es imposible, Ricardo se arriesga e inmortaliza las escenas en un cuento, lejos de falsas tristezas, pura realidad descarnada: la muerte, la separación de las parejas, la fría y cruda soledad.
Ahora bien, afortunadamente no todo es tragedia, y eso hace que el libro contenga un equilibrio perfectamente balanceado. En los cuentos “Berlioz, el fotógrafo” y “El Tigre de San Baltazar” el humor se encuentra presente. Sobre todo en el segundo, es un cuento que nos relata las tradiciones de una comunidad que ya no está tan alejada de nuestra ciudad como pareciera, pero que a la vez guarda su propia identidad: el carnaval, los huehues vestidos de Winnie Pú, el Capitán Cavernícola y Robin abundan el texto. Y creo que es en este cuento y en “Tus zapatillas suenan a sexo” en donde se encuentra la esencia del Ultracostumbrismo de Ricardo Cartas: tomar fotografías de las nuevas costumbres urbanas, narrarlas sin burla —ésta viene implícita con el humor involuntario de los personajes— y ponerlas en un cuento, al que Cartas, desde su mesa de trabajo ve funcionar como un pequeño carrusel, moviéndose exactamente como él lo planeó.
Tus Zapatillas suenan a sexo es un libro fundacional, con él se abre la madurez de Cartas como escritor, quien por cierto no cree en premios literarios pero sin duda este volumen bien le habría valido uno de aquellos que ahora se dan por montones y a manos llenas, obviamente sin la calidad con la que cuenta éste.
Ricardo Cartas se ha encontrado con muchos detractores —y seguirá encontrándose— y por eso es significativo que Tus Zapatillas Suenan a Sexo llegue a su segunda edición. No cualquiera lo logra —y no todos están dispuestos a soportar— una reedición, ya que conlleva confrontar los posibles errores de la primera edición, que los viejos recuerdos sobre los que escribió el libro lo asalten a uno de repente. Pero también tiene su lado dulce: este libro ha generado más lectores, acción nada sencilla si observamos los niveles de lectura ya no del país, sino de nuestro estado. Y precisamente esta tarea es una de las preocupaciones de Cartas —no en el terreno del escritor, pero sí en el de profesor—: la construcción de nuevos lectores.
Para esos nuevos lectores es que se lanza esta segunda edición de un libro ameno, divertido, en el que predomina la ironía y un cuestionamiento constante de lo que somos, de la materia prima de la que está construido el poblano.
No podría ser otro sino el escritor más criticado —y tal vez odiado— el que nos guíe por este viaje.

                                                                                                                                      Óscar Alarcón

1 comentario:

Manuel dijo...

Bien por Ôscar Alarcón

Felicidades