02 octubre 2009
¿El primer texto de la generación de los 70´s?
Navegando por internet, me encontré con un artículo buenísimo de Alberto Chimal titulado “Los intelectuales”, publicado por un diario de Colima que lleva por nombre Ecos de la Costa de la ciudad de Colima. En este se cuestiona la incisiva insistencia de algunos críticos por encontrar “la gran novela de los 70´s” o en su defecto, encontrar a algún escritor que escriba con huevos (sí, la referencia es hacia los testículos) maravilloso ¿no creen? ¿Alguien de los radio escuchas nos puede ayudar? Chimal, deshace el cuestionamiento, argumentando que no es posible que se de esa pregunta tan limitada, ¿dónde están los demás géneros literarios? ¿la participación de las escritoras? ¿los periodistas?.
Chimal nos advierte que esas grandes obras ya se están presentando, pero que no son las novelotas, ni siquiera libros, sino en este caso una entrevista de Rogelio Villarreal y Heriberto Yépez publicada en la revista Milenio. Dice Chimal: “la entrevista de Yépez fue promovida como una declaración importante de una figura pública, con lo que se convirtió (hasta donde sé) en la primera mención de un autor de los setenta en los mismos términos en que se habla, en la prensa nacional, de Carlos Monsiváis o Juan Villoro. Con esto, tal vez, la generación de los setenta está continuando la tradición del intelectual mexicano: del escritor, artista o científico que opina en cosas de interés público con autoridad moral entre las élites, como escribió Gabriel Zaid. Con la llegada del PAN a la presidencia de México en 2000, la estrecha relación entre la literatura y el poder que marcó el carácter de las artes nacionales durante casi setenta años se debilitó enormemente: el nuevo régimen no estaba tan interesado como el del PRI en la opinión de los escritores, otras figuras tomaron el lugar de éstos en los medios y, notablemente, mi generación (y, casi en la misma medida, la de los autores nacidos en los sesenta) se negó a desarrollar obras orientadas a la política, como una reacción no siempre consciente pero, creo, perfectamente comprensible contra los excesos del grueso de la intelligentsia del siglo XX”.
La entrevista de Villareal a Yépez con el motivo de la próxima aparición su libro El nuevo mexicano, el de Tijuana aprovechó para anclar el diente a temas importantísimos para el país. En él destacan puntos como que la educación en México comenzó a irse a pique desde 1968 cuando no supo hacer reformas, ¿si estados unidos pudo desprenderse del racismo?, México no ha podido hacer nada contra catolicismo y la televisión; al contrario se convirtieron como educadores del país: por tal motivo, debido a la concepción que se tiene de la Iglesia como represora, las personas frenan el mínimo asomo de cambio para evitar el “castigo”, por lo que nuestra sociedad se ha vuelto extremadamente conservadora para mantenerse en un ambiente de lo ya conocido.
Respecto a Elba Esther Gordillo, explica que Felipe Calderón no puede prescindir de ella porque representa a la madre manipuladora y castrante; por lo que ningún hombre que responda a este modelo de ser femenino de la psique puede resistirse a su figura, “La Maestra simboliza a la mamá que castra y a la que el mexicano ama”.
Y ya para terminar chequemos esas dos últimas preguntas:
“RV: El socialismo fracasó. El capitalismo en México está infestado por la corrupción y los monopolios. ¿Hacia dónde ir?
HY: Para que el capitalismo avance se requieren periódicos, cambios de mentalidad que fomenten nuevas formas de vida, nuevos consumos. En este siglo México se convertirá en un obstáculo para el avance capitalista estadunidense; la integración con México sería un desastre para ellos. Llegará un momento en que Estados Unidos entrará en una crisis económica de la que sólo saldrán combatiendo a México, tomando control de sus recursos y, sobre todo, limitando el influjo de sus valores anticapitalistas. La norteamericanización de México es imposible. El catolicismo impide que los valores capitalistas se propaguen, porque el catolicismo mexicano idealiza el victimismo, el populismo, el miedo al cambio, la falta de iniciativa, el tradicionalismo. Llegará el momento en que ese país sólo podrá tomar provecho de México con la intervención.
RV: Es una perspectiva sombría...
HY: Este país ya no tiene cultura. México tiene costumbres que repite; una cultura existe si hay producción de bienestar. Guillermo Bonfil Batalla decía que la cultura es lo que permite transformar un legado, así que si no hay transformación no hay “cultura”. Para que volvamos a tener una cultura el sistema escolar mexicano, desde la primaria hasta la universidad, tendría que incluir programas terapéuticos, de diversa índole, que desprogramen a los jóvenes del legado reaccionario que les entregan costumbres, medios, religión y familia. El problema central de México es que no sabe construir una masculinidad ni una femineidad sanas. El varón se mantiene en un nivel infantil que oculta mediante la sobreactuación de clichés, el “machito”, y la mujer renuncia a su fuerza para volverse su “vieja”. Si deseamos una nación líder, o al menos con empleados eficientes, tiene que haber un severo cambio en la mexicanidad. Si queremos capitalismo, debemos desmantelar Televisa. Si deseamos algo superior al capitalismo, entonces habrá que desmantelar totalmente la llamada “mexicanidad”.
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